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Wilson Pachón, con el ejercicio tatuado en el cuerpo y en el alma
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Comunicadora social y periodista
Wilson Pachón es tan único como cada uno de sus 42 tatuajes. Dice que cuando a él le gusta algo de corazón se lo tatúa y así lo hizo con la imagen de Athletic.
Al gimnasio llegó el día de apertura, el 2 de enero de 2020 y cada día se siente más feliz, “como niño en dulcería” dice.
Su vida en el fitness empezó hace unos 6 años en gimnasios ubicados en el barrio Restrepo en donde vive y trabaja. Por eso cuando llegó ATHLETIC, su vida cambió del cielo a la tierra y se sintió literalmente en el paraíso.
“Lo que más me gusta son las máquinas y sobre todo las personas, “Eliana, Marcelita y Tatiana me atienden espectacular. También están Fercho, Alejo y Elkin, excelentes amigos y entrenadores”.
“Aún tengo amigos en gimnasios en donde entrenaba antes de ATHLETIC y las máquinas e instalaciones no están en el mejor estado. Voy a visitarlos, veo a mis amigos y literalmente me los arrastro a que conozcan el mejor lugar para hacer ejercicio”.
Wilson dice que desde que comenzó a entrenar nunca se había sentido tan motivado como ahora. Inicia su programa de ejercicio diario en el cinema cardio y luego se va al área de musculación en donde trabaja dos músculos diferentes.
No tiene ningún régimen de alimentación y tampoco consume suplementos deportivos ni proteínas pero sí se declara adicto al gym y a la adrenalina que le produce entrenar todos los días.
Tanto es su amor por el gimnasio y particularmente por ATHLETIC que un día decidió tatuarse el logo de la marca.
Comenzó con la A y luego le añadió el nombre completo. “Me metí en la página web, bajé la imagen y me fui a tatuar. Lo hice porque representa el lugar en donde me gusta estar, en donde soy feliz… a donde voy cuando me acosan en el trabajo”.
Para Wilson la música es el complemento perfecto en sus días de entrenamiento.
A través de canciones de géneros tan variados como reggaeton, salsa, pop, baladas de los 80´s y mezclas de electrónica del Dj Paolo Monti le da duro al gym y nunca se siente cansado, todo lo contrario, “la música me da más energía para meterle más peso a las máquinas o correr más kilómetros en la caminadora” agregó.
Wilson tiene 51 años, es soltero e inculca el valor del ejercicio a sus dos hijos a quienes “también tengo tatuados”.