Beneficios del ejercicio para pacientes con SIDA


En el Día Mundial de la Lucha Contra el SIDA, el parche ATHLETIC se une para decirle a todos, que el ejercicio sí hace posible una mejor calidad de vida para los pacientes que padecen SIDA.

Junto a nuestro equipo médico traemos una recopilación de los beneficios más notables que tiene el ejercicio en el tratamiento de esta enfermedad, y que sabemos que ayudarán no solo a quienes la padecen, sino también a su círculo cercano.


Estimula el Sistema Inmunológico:

Se ha demostrado que el ejercicio regular fortalece el sistema inmunológico. Para los pacientes con VIH, cuyos sistemas inmunológicos están comprometidos, esto es particularmente significativo. El ejercicio puede ayudar a mejorar la producción de glóbulos blancos y anticuerpos, contribuyendo a una defensa más sólida contra infecciones y enfermedades.

Apoyo a la salud mental:

Vivir con una condición crónica como el VIH puede afectar la salud mental. Se sabe que el ejercicio libera endorfinas, los elevadores naturales del estado de ánimo del cuerpo. Esto puede ayudar a aliviar los síntomas de depresión y ansiedad, desafíos comunes enfrentados por los pacientes con VIH. Además, el sentido de logro y la mejora de la autoestima derivados del ejercicio regular pueden tener un impacto positivo en el bienestar mental.

Manejo del peso:

Los pacientes con VIH a menudo enfrentan pérdida de peso y deterioro muscular, conocido como caquexia. El ejercicio, especialmente una combinación de entrenamiento aeróbico y de resistencia, puede ayudar a mantener o ganar masa muscular. Esto es crucial para mejorar la fuerza, la movilidad y la funcionalidad general, contribuyendo a una composición corporal más saludable.

Salud cardiovascular:

Algunos medicamentos antirretrovirales utilizados en el tratamiento del VIH pueden tener efectos secundarios en la salud circulatoria y del corazón. El ejercicio regular puede ayudar a mitigar estos riesgos al promover el trabajo cardiovascular. Los ejercicios cardiovasculares, como caminar, correr o andar en bicicleta, pueden mejorar la circulación, reducir la presión arterial y mejorar la función cardiovascular en general.

Mejora de la calidad del sueño:

Los pacientes con VIH a menudo enfrentan trastornos del sueño, lo que puede afectar aún más su salud. Participar en actividad física regular ha demostrado mejorar la calidad del sueño. La liberación de tensión y estrés durante el ejercicio, combinada con la fatiga natural que sigue, puede contribuir a un sueño más reparador.

Conexión social:

El ejercicio brinda la oportunidad de interacción social, lo cual es crucial para el bienestar mental. Unirse a clases de ejercicio en grupo o participar en actividades físicas con amigos o grupos de apoyo puede combatir el aislamiento y fomentar un sentido de comunidad. El apoyo social es invaluable para hacer frente a los desafíos que los pacientes con VIH pueden enfrentar.

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