¿Cómo cultivar una personalidad agradecida?

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El día de acción de gracias que se celebra originalmente en Estados Unidos y que cada vez permea más nuestra cultura latina fue establecido por el presidente Abraham Lincoln como una forma de conmemorar a los colonos británicos quienes agradecieron a Dios por una buena cosecha tras un duro invierno en 1620. 

Lincoln instauró Acción de Gracias el último jueves de noviembre, fecha que une a las familias en una gran cena en donde la oración por los alimentos y el pavo en el centro son los grandes protagonistas. 

Inspirados en esta celebración queremos compartirte en este blog, algunas acciones que pueden ayudarte a tener una personalidad agradecida y celebrar todos los días el maravilloso milagro de existir, de darle duro al gym, de ser parte de una comunidad que se preocupa por estar bien y vivir mejor. 

Aquí van nuestros recomendados:

1. Haz un diario: no se trata de escribir un bestseller, sino de reconocer en una agenda las cosas buenas que tienes: tu vida, tu salud, tu familia, tus alimentos, tus amigos, el trabajo, los momentos divertidos y aún los tensionantes. 

Escribir es una forma de liberar y de afianzar tus sentimientos, al leerlos te haces más consciente de ellos y te reconoces como una persona llena de capacidades, de regalos y de privilegios. 

Apunta las cosas que se te vienen a la cabeza tal y como si estuvieras hablando con un amigo. Escribe hasta los momentos que crees no fueron positivos y que en primera instancia piensas que no son un motivo de agradecimiento. 

Una conversación tensionante con un compañero de trabajo o con tu pareja pueden hacerte crecer, madurar y enfrentar posteriores conflictos con mayor asertividad. Recuerda que las rosas en el jarrón se ven muy lindas pero seguro te pinchaste al ponerlas.

2. Practica la atención plena: “Lo que paso paso” como dice el reggaeton y como lo cantan nuestros amigos de Sidestepper “hoy tenemos, mañana no sabemos”, así que céntrate en el presente. 

Practicar la atención plena no es tan complicado como parece y puedes ejercerla en actividades cotidianas como una conversación en tu trabajo, cuando vas camino a la oficina,, cuando cocinas o sales a caminar con tu mascota y sobre todo cuando te alimentas. 

En cada actividad que realizas debes estar ahí en mente, cuerpo y espíritu. Si tienes una conversación, activa la escucha para poder expresar también tus opiniones y argumentos. Si tienes una reunión virtual, prende la cámara y escucha atentamente a tus compañeros, evita responder correos en paralelo o ver tus redes sociales. Esto resta tu atención y se percibe como una falta de respeto con los integrantes de la reunión. 

Si sales a caminar con tu mascota conéctate con ella y con sus necesidades, permítele explorar y reconocer su entorno mientras aprendes de ella su incondicionalidad y la posibilidad de ser mejor persona. 

Cuando comas, alejate de todos los dispositivos electrónicos y céntrate en tu alimentación, se consciente de cada bocado, de su olor, sabor y textura. Esto te ayudará a nutrirte de verdad y a tener mayor saciedad, evitando comer demás. 

3. Regala cosas que ya no uses. Deshazte de la ropa, zapatos, utensilios y otras cosas que ya no uses con un profundo sentido de agradecimiento de lo que representaron en su momento y de lo que a través de estas pudiste vivir.

Asegúrate de que lo que regales esté en buen estado y de sembrar en personas que lo reciban de la mejor manera. Una buena herramienta para hacerlo es revisar el depósito, las gavetas de la cocina y el closet y lo que no hayas utilizado en el último año seguramente ya no lo vas a necesitar. 

Al regalar envías señales al universo de que todo es infinito y de que hay para todos.

4. Evita quejarte: Cuando expresas sentimientos negativos en forma de queja por el clima, por el exceso de trabajo, por la falta de dinero o porque las cosas no salen como te las imaginas, progresivamente te vas convirtiendo en una persona que solo ve lo malo.

Al respecto, Marco Aurelio, el último de los cinco emperadores buenos de Roma decía frente a la queja lo siguiente:“que nadie te escuché quejarte ni siquiera tú mismo”. Los filósofos estoicos recomendaban lo siguiente para evitar la queja “si algo te molesta y lo puedes mejorar, ¡mejóralo! si no lo puedes cambiar acéptalo”.

Por esto,  ante una condición que no puedes cambiar tienes la posibilidad de verbalizar en forma de queja o de quedarte callado y tratar de canalizar la frustración por otro lado, tratando de ver lo positivo de cada situación. 

Para seguir con la onda filosófica el verso carpe diem del poeta Horacio cobra gran importancia pues significa «aprovecha el día» o «cosecha el día». En este sentido, no malgastes tu tiempo o energía en quejas de situaciones que no puedes cambiar. Siempre mira lo positivo y aprende a ser más agradecido, piensa que muchas personas quisieran vivir el peor de tus días.

5. Rodéate de buenas personas y conversa con ellas: Nada mejor que conversar sobre temas profundos o triviales con un buen amigo, en una rica cena y con una buena copa de vino. La conversación libera, desestresa y construye lazos fuertes y vínculos duraderos.

Puedes empezar con uno de los consejos e ir cultivando una personalidad agradecida, cuando te des cuenta tú serás quien influencie de manera positiva a tu familia y al resto de personas de tu entorno.

Anímate a empezar desde hoy con toda la actitud guerrera que caracteriza a los parceros ATHLETIC.  

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