Hablar de sexualidad es hablar de salud integral. No se trata solo de placer, sino también de bienestar físico, emocional y relacional. Y aunque muchas veces se piensa en la sexualidad como un aspecto aislado, la ciencia muestra que el ejercicio físico es un aliado poderoso para mejorar la función sexual y, en general, la calidad de vida.
¿Cómo influye el ejercicio en la salud sexual?
Diversos estudios han comprobado que la actividad física regular tiene efectos directos sobre la función sexual en hombres y mujeres. Investigadores de la Universidad de Harvard encontraron que los hombres físicamente activos tenían un 30 % menos de riesgo de disfunción eréctil que los sedentarios. En mujeres, un estudio publicado en el Journal of Sexual Medicine mostró que el ejercicio regular incrementa la excitación, la lubricación y la satisfacción sexual.
Esto ocurre por varias razones:
- Mejora la circulación sanguínea, clave para la excitación y la respuesta sexual.
- Incrementa los niveles de endorfinas y dopamina, neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo y el deseo.
- Aumenta la autoestima y la imagen corporal positiva, lo que impacta la confianza en la intimidad.
- Reduce el estrés y la ansiedad, dos de los grandes saboteadores de la vida sexual.
De acuerdo con el Dr Leonardo Camargo: “El ejercicio no solo fortalece músculos y corazón: también optimiza la respuesta sexual, porque mejora la circulación, la energía y la seguridad en uno mismo. El bienestar íntimo es un reflejo del bienestar físico”.
Tipos de ejercicio que favorecen la salud sexual
Lo ideal es combinar distintos formatos de entrenamiento que actúen tanto en el cuerpo como en la mente:
1. Entrenamiento cardiovascular
Correr, nadar, montar bicicleta o asistir a clases en grupo mejora la salud vascular, indispensable para la erección en hombres y la lubricación en mujeres. Basta con 150 minutos de cardio moderado a la semana para notar los beneficios.
2. Fuerza y tonificación
Ejercicios con pesas, máquinas o el propio peso corporal ayudan a equilibrar hormonas, aumentar testosterona (clave para el deseo en ambos sexos) y fortalecer el suelo pélvico de manera indirecta.
3. Entrenamiento del suelo pélvico
Los famosos ejercicios de Kegel fortalecen la musculatura que interviene en la excitación y el orgasmo. Son fáciles de practicar en casa, en el gym o incluso en la oficina.
4. Disciplinas mente-cuerpo
Yoga, pilates o tai chi favorecen la flexibilidad, la respiración consciente y la reducción del estrés. Además, ayudan a conectar con las sensaciones del cuerpo y a prolongar el disfrute.
Ejemplos cotidianos para integrar movimiento y placer
- En casa: una rutina corta de 20 min (sentadillas, planchas y estiramientos) + 5 min de respiración profunda para liberar tensiones.
- En el barrio: caminar a paso rápido con tu pareja y convertirlo en un espacio de conexión.
- En el gym: combinar 30 min de cardio con 20 min de fuerza y 10 min de estiramiento.
- En pareja: bailar juntos es una manera divertida de activar el cuerpo y la complicidad.
Pequeños cambios, grandes resultados
No se trata de entrenar horas interminables, sino de moverse con constancia. Con 30 minutos al día, cinco veces por semana, puedes mejorar tu rendimiento físico y también tu intimidad. Además, cada logro en el ejercicio aumenta la confianza, lo que se refleja en la manera de relacionarse con los demás.
“El cuerpo que se entrena para estar fuerte y saludable también se entrena para disfrutar. El ejercicio es una inversión en vitalidad y placer”, agrega Camargo.
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