Obstáculos para alcanzar tu felicidad

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Si nos basamos en el significado de que la felicidad es “el estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno” es necesario conocer algunos factores que nos alejan de esa sensación de felicidad. Sigue leyendo y reflexiona sobre estos y la mejor manera de dominarlos. 

Los filtros 

¿Te ha pasado que has tenido un día increíble en tu trabajo y solo un pequeño tema se salió de control y es lo que te queda como gran conclusión de la jornada? Pues ahí está nuestro cerebro haciendo el filtro hacia lo negativo. 

El cerebro se queda con la información que para él es relevante y como vivimos en una sociedad que premia el triunfo, el logro y castiga los errores, pensamos que no somos buenos, que siempre nos equivocamos, lo cual va mermando nuestra autoestima y por ende nuestras capacidad de ser felices. 

La técnica para contrarrestar estos filtros es reconocer cuando aparecen y cambiar la percepción o la importancia que le damos, sin desconocerlos. También nos servirá forzarnos a descubrir a diario las cosas positivas que hacemos y que nos pasan. Quizás llevar un diario de agradecimiento te sirva. 

Asumir cosas 

Séneca, el famoso filósofo español decía que “sufrimos más en nuestra imaginación que en la realidad”. Y es cierto, cuando una persona del trabajo se porta raro contigo o no te saluda  como estás acostumbrado, piensas que ya no le caes bien y te quedas con esa sensación de preocupación. 

Es más, muchas veces te preguntas, ¿qué hice yo para que cambiara así conmigo? Déjame decirte que estás dejando afectar tus percepción sobre una persona o sobre un hecho por una información parcial. 

En el caso de tu amigo del trabajo, asumes que ya no te quiere o no eres importante para él porque se portó frío contigo. Es como si el cerebro rellenará los espacios que no conoce con información que asume. 

La táctica aquí es quedarnos con aquello que ha sido verificado. Si te sientes mal con tu amigo porque no te saludo entonces pregunta porqué está teniendo esa actitud contigo, siempre pregunta para completar la información que tienes y en lo posible hazlo con la fuente. 

Predecir

Este es un clásico de nuestro cerebro cuando predice cosas que van a pasar en el futuro. Es casi lo mismo que meterle un virus a tu cerebro, así como cuando le dices “yo soy muy malo para las matemáticas” 

Entonces, si tienes un examen ni siquiera te molestas en estudiar y lo que haces es teñir de oscuro tu presente con cosas que ni siquiera han pasado. 

En este caso el mindfulness cobra una relevancia muy grande: pensar y pararte en el ahora y no angustiarse con aquello que solo ha pasado en tu mente. ¡Cambia el chip! Tu puedes modificar tu presente y desde allí tu futuro. 

Haz ejercicios de respiración, medita, haz ejercicio y si tienes que mejorar en algo, aprender un idioma, bajar de peso o cualquier meta que quieras obtener, empieza con un paso a la vez, en donde estés. Eso sí que te llevará lejos y te hará sentir feliz con la persona que eres y con la persona que está creciendo en ti, paso a paso.

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Los recuerdos 

Otro de los obstáculos que nublan nuestra percepción de felicidad es vivir en el pasado, traer esas imágenes que condicionan nuestra realidad llevándonos a generalizar porque en nuestra infancia un profesor o nuestros padres nos dijeron que no éramos buenos para alguna materia. 

En este caso podemos cuestionar la autoridad de los maestros o los padres con generalidades como “todos los profesores son autoritarios y no guían a sus alumnos” o “los padres son personas radicales que no nos permiten expresar nuestras opiniones”. 

Para contrarrestar esta sensación evita utilizar expresiones que generalicen, no utilices verbos en pasado y no juzgues tu presente a través del retrovisor. 

Las etiquetas o estereotipos 

Te has negado a viajar a algún país porque piensas por ejemplo que “los argentinos son muy groseros o los españoles tratan mal a los latinos”. Estas afirmaciones sólo son percepciones falsas de la realidad. 

Puede que haya un argentino grosero pero habrá muchos más amables y cariñosos que te enseñen las bellezas de su país así que no permitas que tu percepción se vea afectada y condicione tu felicidad. 

Para eliminar estas etiquetas de tu vida debes ser muy consciente cuando lleguen a tu mente o cuando las escuches en la voz de otras personas, al sacarlas de la ecuación tu capacidad de ser feliz aumenta. 

Tienes que ser consciente de lo que dices de los demás y de cómo percibes a los otros, evita por tanto frases en las que generalices o midas a un país o a un grupo de personas con el mismo rasero.

Las emociones 

El odio, el miedo, la tristeza entre otras emociones nos impiden tomar buenas decisiones. Puede ser que estés cansado de tu pareja y seguramente estarías más feliz estando solo pero tienes miedo a comenzar de nuevo, de salir y de conocer otras personas, eres de los que dice “mejor bueno conocido que malo por conocer” y te niegas a la posibilidad de ser feliz con alguien más.

Aquí tienes que mantener un diálogo interno y detectar las palabras que reflejan esas emociones: “es que me asusta, es que odio, es que me altera” y evitar de esta manera nublar nuestro juicio y nuestras decisiones. 

Exagerar 

Como nuestro cerebro necesita atención tiende a exagerar para evitar ser ignorado. Por eso exagera las posibilidades negativas en pro de la supervivencia. 

“Yo nunca voy al estadio porque es peligroso”. Palabras totalitarias como nunca o siempre son parte del lenguaje del cerebro para asustarte y evitar que vivas experiencias que pueden ser positivas y que ayudan a que florezca la felicidad. 

Ya tienes más armas para que te apropies de tu destino y vivas una vida cada día más feliz.

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